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miércoles, 25 de enero de 2017

EL PRINCIPIO DEL MENTALISMO La primera Ley o Principio Universal


Por: Francisco Sosa Mandujano.
El tiempo no pasa por gusto, en ese transcurrir del tiempo aprendí nuevas cosas, y en su momento, cosa nueva para mi fueron las Siete Leyes o Principios Universales.
Sixto Paz Wells sintetiza así lo que nos trasmitieron nuestro Guías Extraterrestres:
“La cosecha de nuestra vida es el producto de la siembra de nuestras acciones pasadas y presentes”.
Vivimos en un universo multidimensional. Vivimos en un universo material de siete dimensiones, y poseemos siete cuerpos para actuar en esas siete dimensiones. Para activar la conciencia en cada uno de esos siete cuerpos. Para actuar conscientemente en cada una de esas siete dimensiones, disponemos de siete chakras, vórtices o ruedas de energía, que debemos aprender a activar a través de la sagrada respiración.
Más allá de la séptima dimensión, como en la música, en una octava superior, hay un universo paralelo a este que ya no es material sino mental. La octava, novena y décima dimensión corresponderían a ese universo mental, y a partir de la onceava dimensión en adelante, nos encontramos con un tercer universo que es espiritual. El Universo Espiritual creo al universo Mental, y el Mental al universo Material, de tal manera que Dios, que es uno solo, no nos creó a nosotros directamente, sino a través de jerarquías intermedias, a través de un grupo de seres ultraterrestres del universo mental llamados los “Hellel” o “los Resplandecientes”, también conocidos como “los Hijos de Dios”. En nosotros se dan los tres planos: material, mental y espiritual con la misma potencialidad creadora de un plano sobre el otro. En la medida que crezcamos en consciencia, esto es, que seamos conscientes de ésta multiplicidad de realidades, podremos actuar modificando, orientando y dirigiendo nuestra existencia hacia un sin fin de realizaciones y materializaciones trascendentes.
Estamos pues en un universo material de siete dimensiones, el cual se encuentra regido por siete leyes o principios. El conocerlas y el saberlas aplicar nos hace magos, maestros y alquimistas capaces de transformar y transmutar todo alrededor nuestro y dentro de nosotros.
“Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par” El Kybalión.
Estas leyes o principios universales son:
El Principio del Mentalismo
“Todo es mental”, que es lo mismo que decir que “uno puede crear lo que cree”.
Si creemos en cosas positivas, atraeremos y crearemos condiciones y circunstancias positivas a nuestro alrededor. Pero si, por el contrario, nos dejamos arrastrar por el negativismo y estamos todo el tiempo pensando en cosas negativas, las atraemos y las materializamos en nuestra vida, y alrededor nuestro.
Todo es consecuencia de una actitud mental y de un acto de voluntad. Si creemos, creamos. Nuestra mente es creadora. Es una parte ínfima de la esencia universal, pero semejante a ella. Como dicen las Sagradas Escrituras: “Dioses sois, hijos del Altísimo”. Debemos aprender a orientar y administrar de manera positiva esa divinidad.
En éste principio se debe trabajar la concentración, la voluntad y la sabiduría.
Para memorizar más fácilmente éste principio, lo relacionamos y ubicamos con el vórtice, chakra o rueda de energía de nuestra coronilla (encima de la cabeza).
El que se entera por primera vez se pregunta ¿Cómo puede ser esto? “El todo es mente: el universo es mental” dice el Kybalión, solo el tiempo, la preparación y la constancia te van dando luces al respecto, y empiezas a cambiar tu forma de pensar.
Todo empieza en la cabeza, como tú piensas, así eres, todo lo que desees será si tú lo quieres, empieza en una idea que va adquiriendo forma por la fuerza del Amor que le pones hasta materializarse, por eso es muy importante lo que piensas. Los pensamientos adquieren forma “son cosas”, en lo exterior se manifestarán como salud, bienestar, trabajo, optimismo, felicidad o enfermedad, malestar, obstáculos, pesimismos, tristeza, desgracia, según sean esos pensamientos positivos o negativos, es decir, el único culpable de lo que te sucede eres tú, salvo en los casos en los cuales ya intervienen otros factores que pueden ser sociales, políticos, religiosos, sucesos que escapan a tu control y decisión. En general tú eres el causante de todo lo que te acontece, depende del ambiente mental que creaste y que vives.
“En este principio se debe trabajar la concentración, la voluntad y la sabiduría” afirman nuestros Guías Extraterrestres, en lo personal este mensaje me llegó muchos años después de estar participando en la Misión y créanme que no lo entendía, en otras palabras, no lo aceptaba, me era difícil entender, en la vida me habían ocurrido cosas sin que los pensara, sin que los deseara, sin que los creara en mi mente, entonces ¿Cómo me ocurrieron? Me preguntaba, la respuesta llegaría mucho tiempo después al tratar de comprender esta frase “se debe trabajar” ¿Cómo debo entenderlo esto? “Sé debe trabajar la concentración” ¿Qué nos quieren decir con esto? ¿Cómo es ese trabajo? ¿Dónde tengo que ir a trabajar? Mi mente no alcanzaba a comprender. Ahora, me río de mí mismo, al tener la respuesta que es muy fácil. En este caso “trabajar es igual que practicar” o el “trabajo consiste en el entrenamiento” al fin había entendido.
Todos tenemos muchas ideas en la mente, saltamos de idea en idea sin darle solución o sin encontrar solución por falta de concentración, no tenemos concentración, pero podemos lograrlo ¿Cómo? Practicando, practicando, practicando, o mejor dicho trabajando, trabajando, trabajando. Hay que tener muy claro lo que es la concentración. Aquí te expongo algunas ideas. Concentrarse consiste en controlar tu atención de tal forma que ésta quede enfocada en el punto que tú decides.
La concentración es una capacidad muy útil, sobre todo cuando se está entrenada, te permite trabajar o estudiar con más eficiencia, así como relajarte o disfrutar más plenamente de la situación en la que la emplees.
La concentración te vislumbra el camino para ir mejorando en esto, pues en la mayoría nuestras ideas se dispersan fácilmente.
La concentración es una técnica de todo un proceso, lo mismo que la voluntad y la sabiduría. Ya tienen las pautas, ahora nos toca a cada uno trabajar, practicar o entrenar a nuestra mente después de estar seguro de lo que vamos a hacer. La idea es hacer todo lo posible por mejorar como persona, el resto vendrá por añadidura.

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