Anales
del Registro Askásico
EL
REAL TIEMPO DEL UNIVERSO:
Una cuenta regresiva
Por Sixto
Paz Wells.
2003
“Dios te salve Madre
Tierra,
Pacha Mama, Mucane, Tonanzín, Nana Tlalli,
Gaia, Saras, Merla, Urrantia, María Guadalupe...
Llena eres de gracia, el Señor es contigo.
Bendita eres entre todos los planetas,
espíritus femeninos y mujeres;
y bendito es el fruto de tu vientre:
Jesús y la Nueva Humanidad.
Santa Madre Tierra, madre de todos nosotros,
ruega por nosotros, los aprendices,
ahora y en la hora de nuestra trascendencia...
Amén. Así sea, así
será, así es y hecho está.”
Cuando
incursionamos en las profecías del final de los tiempos, estas no hablan de un
fin del mundo, sino precisamente de un “final
de los tiempos”, y ¿cómo podría ser esto si sólo hubiese un tiempo?
Primero
tenemos que detenernos como dicen los guías extraterrestres -con quienes
afirmamos venir teniendo contacto telepático a través de la psicografía
(escritura automática) hace casi tres décadas -, a reflexionar sobre: ¿qué es el tiempo?
“El tiempo es una forma mental que
procura definir la duración de las cosas, una ilusión basada en el movimiento
del universo en el espacio. La idea de tiempo va en relación con la conciencia
del ser, si su percepción se limita a una tercera dimensión, el tiempo lo
concibe como algo lineal, como una continuidad; pero cuando descubre su
naturaleza multidimensional e ingresa en una cuarta dimensión, se da cuenta que
el tiempo se mueve en una espiral y que no existe más allá de su conciencia; y que simultáneamente hay varios espacios
dentro de un espacio mayor que podríamos llamar el “Real Tiempo del Universo”
(Guía Sampiac).
¿Qué
pasaría si de pronto tomamos conciencia y nos enteramos en lo más profundo de
nosotros mismos que estamos viviendo en
un tiempo alternativo, paradójico, alejados de un tiempo real en el que se
mueve el Universo a manera de una espiral ascendente? Un Real Tiempo que
sería diferente al nuestro, que es en sí
mismo una realidad paralela a la que vivimos nosotros, de tal manera que hace
millones de años de los nuestros, seres extraterrestres habrían incursionado
viajando hacia el pasado a través de pliegues cósmicos o puertas
interdimensionales, llegando a nuestro
mundo poco antes de que éste se viese destruido producto de una hecatombe
meteórica, evitándolo y concediéndole una extensión de plazo para concretar
realizaciones, esto es : una nueva oportunidad. En el tiempo de ellos -los
extraterrestres-, aquí no habría vida, pero en el tiempo paradójico estamos
nosotros, con nuestras penas, angustias, dramas e ilusiones.
“En ese entonces, los Veinticuatro
Ancianos de la Galaxia o Concejo Regente de la que conocemos como la Vía
Láctea, con la autorización previa de la Gran Hermandad Blanca de la Estrella,
ubicada en la Galaxia Central de Andrómeda, dieron pase libre a la realización
de un proyecto, parte de un Gran Plan Cósmico, que seleccionó nuestro planeta y
a otros siete similares de categoría Ur (planetas de Aura Azul) para crear en
ellos las condiciones para que surgiera una civilización con un potencial
psíquico y espiritual capaz de transformarse en poco tiempo, en Luz y Guía para
muchos; algo así como llegar a ser Maestro de sus propios Maestros”(Guía Sampiac).
Cuando
hablamos que existe el “Real Tiempo del Universo” distinto al tiempo
desfasado en el que nos desenvolvemos, lo que decimos es que lo que estamos
percibiendo como tiempo o devenir, es la velocidad con la que se está moviendo
nuestro mundo en el espacio. Esa velocidad está dada por la vibración de la
energía planetaria y del sistema. Es algo más que la rotación y traslación
terrestre, es también un estado de conciencia.
El
viaje de los experimentadores interplanetarios se hizo hacia el pasado en un
espacio contenido dentro del gran espacio, y ahora está llegando el momento en
que ese espacio menor se integre al espacio mayor, conectándose en otra parte
de la espiral, lo cual coincide con el
final de un ciclo cósmico de todo el sistema del que formamos parte. A esto le
llamamos el “Giro del Tiempo”, un proceso que se acelera de
redimensionamiento planetario y de los individuos que moran en esos mundos, lo
que significa una suerte de evaluación
colectiva.
El
Giro del Tiempo supone la conexión cada vez más cercana con el Real Tiempo del Universo
y el retorno del Gran Instructor, llamado el Cristo Cósmico. Supone esto el
salto de la humanidad en los próximos años, si seguimos laborando y no nos dejamos desalentar por aquellas fuerzas de
oposición interesadas en boicotear el proceso.
Algo
tan importante como estas aseveraciones de tiempos reales y otros alternativos,
tendrían que estar corroboradas de alguna manera por la ciencia, o por lo menos
debería la ciencia aportarnos algún indicio que así lo corroborase.
Precisamente, hace muy poco hubo un gran escándalo cuando se supo que la Sonda
espacial Voyager que debía salir fuera de nuestro sistema solar rumbo hacia
otras estrellas buscando condiciones para la vida, al llegar al final del
sistema solar dirigió sus cámaras y detectores hacia la Tierra, y ¡no encontró
vida en nuestro mundo! Uno se puede preguntar: ¿Y ésta es la sonda que va a
buscar vida en otros planetas? ¡Pero si ni siquiera la puede detectar en la
Tierra! Pero lo que ocurre es que la sonda habría pasado muy cerca de las Lunas
de Júpiter donde habría una suerte de “Ventana Interdimensional” o “Portal
Galáctico”, que conectaría con el Real Tiempo del universo. Y en el tiempo
real, no hay vida en la Tierra.
También,
cuando los científicos se afanan en tratar de datar la antigüedad del universo,
lo hacen calculando el “Big Ban” en base al efecto “Dopler”, que
es el corrimiento de la luz hacia el color rojo. Las estrellas y galaxias se
van alejando unas de otras a grandes velocidades, y según esto el universo
tendría entre diez mil a quince mil millones de años de antigüedad. Pero lo que
ellos no se explican, es por qué cada vez que ellos orientan sus telescopios
hacia determinado lugar del espacio, se encuentran con estrellas más antiguas
que la creación del universo, lo cual es imposible. A menos que estemos viendo
por una ventana y nos encontremos realmente en un tiempo encapsulado.
Los
Mayas decían que Dios se expresa en matemáticas, y al respecto sabemos que la
vida tiende a expresarse siguiendo códigos numéricos, que a veces en nuestra
existencia resultan siendo activadores
de nuestra conciencia, buscando despertarla, haciéndonos ver que ha llegado el
momento como para un cambio.
Se
ha iniciado pues, una “Cuenta Regresiva”. Y una de las fechas claves para ésta
cuenta fue el año de 1999. Para aquel
año los mayas en su Códice de los Eclipses habían profetizado un eclipse que
ocurrió tal cual el 11 de Agosto. Ese eclipse venía acompañado de un anuncio
que decía que la humanidad estaría ingresando en el llamado “Salón de los
Espejos”, en donde debemos aprender a vernos a nosotros mismos reflejados tal
como somos, y cambiar nuestra actitud frente a la vida, o la naturaleza se
encargará de acabar con nosotros.
En
el año 1999 faltaban 13 años para el “Giro del Tiempo” que tendría que
culminarse el 22 de Diciembre del año 2012 según nuestro calendario, fecha en
donde se alinearían los dos tiempos. Y el número 13 es el número sagrado de los
mayas, pues marca las 13 Lunas del Calendario Lunar o de fertilidad de la Madre
Tierra, además el trece es la muerte como transformación. Se estaba anunciando
una muerte mística.
En
el año 2000 quedaban 12 años para el final del ciclo, y el 12 tiene que ver con
el apostolado y con el movimiento pendular. Coincidentemente ese año hubo una
serie de escándalos en la basílica de la Virgen de Guadalupe que ponían en
entredicho la autenticidad del Ayate de Juan Diego. Pero la Iglesia corrigió y
censuró las expresiones de algunos clérigos reconociendo oficialmente su
autenticidad y naturaleza milagrosa.
En
el poncho de tela de maguey que apareció impreso el 12 de Diciembre de 1531,
repitiendo la clave del doce, se nos muestra a la Virgen que según algunos
investigadores -entre ellos reconocidos
oftalmólogos-, lleva a doce personas reflejadas en las córneas de ambos
ojos. ¡Son los ojos de una persona viva!
Si
comparamos la imagen de la Virgen de Guadalupe con la descripción que se hace
en el capítulo 12 del Apocalipsis cuando se hace referencia a la “Mujer vestida
de Sol, que lleva sobre su cabeza una corona de doce estrellas ” ,y “que estando encinta está en dolores de
parto”..., encontraremos unas extraordinarias coincidencias que estarían
mostrando que el Apocalipsis profetizo mil quinientos años antes a la Virgen de
Guadalupe, y la Virgen de Guadalupe anunció casi quinientos años atrás éste
momento del Parto Planetario.
En el año
2001, la cuenta regresiva marcaba la clave del 11. Y el número 11 es en la numerología el que simboliza “el Valor”, “la Persuasión” y la “Fuerza”. Hay
que saber usar el valor como fuerza mágica, capaz de transformar a nuestros
enemigos. Cuando se nos repite el número 11 se nos quiere decir que es el
momento de reconocer nuestra fuerza, y actuar con voluntad y control. Es el
momento en que la bondad y la pureza deben imponerse sembrando la luz. Los
enemigos no pueden dañarlo a uno, sino que al ser atacado, uno se hace más
fuerte, pero solo si sabe reaccionar y
corregir desaciertos. La clave activadora nos señala que es el tiempo del
sacrificio por amor a los enemigos con el fin de ayudarles, evitando
devolverles mal por mal. Es difícil pero es a la vez, la gran oportunidad de
enmendar errores, enseñando el poder de la misericordia y del perdón.
Se
daba la gran ocasión de actuar con benevolencia, de desarmar a los contrarios
con la paz y la bondad de un temperamento controlado. Todos vimos con esperanza
que el primer bombardeo hacia Afganistán fue con alimentos y no con armas, pero
lamentablemente los egos heridos y oscuros intereses llevaron a un ataque y destrucción desproporcionados.
En
el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York encontramos una sorprendente
repetición del número 11, como un mensaje entre líneas que debe ser descubierto
para quien tenga los ojos para ver y el discernimiento para entenderlo.
Ciertamente que todo empezó un día 11 de
Septiembre sobre las torres que aparentan un número 11. Fue el 11 del noveno
mes, (1+1+9=11) lo cual suma 11. Pero el 11 de Septiembre es el día 254 del
año, lo cual si lo sumamos da 11. Después del 11 de Septiembre faltan 111 días
para el fin del año. El 911 es en los Estados Unidos el número telefónico de
emergencias, y el noveno mes (Septiembre), el día 11, hubo la peor emergencia
terrorista que ha sufrido la Ciudad de Nueva York. Además, 911 suma 11.
También
resulta curioso que el primer avión que
se estrelló era el vuelo número 11, que llevaba a bordo 11 tripulantes y 92
personas a bordo que suma también 11; el otro vuelo, el 77 que es múltiplo de
11, llevaba 65 personas a bordo, que suma otro 11. Los edificios atacados
estaban en su año 29 de funcionamiento. Además, el Estado de Nueva York era el número 11 al
crearse la unión americana.
Hemos
visto que varias profecías aparentemente se referían a este acontecimiento como
la caída de la Babel o de las torres de Babel, pues es en el capítulo 11 del
Génesis que se habla de la Torre de Babel, donde por la soberbia humana Elohim
(palabra hebrea que literalmente significa “los dioses”) confundió las lenguas.
Pero
en relación a este sin fin de coincidencias, ¿qué nos dice el Capítulo 11 del
Apocalipsis?:
“Subieron al cielo
en una nube,
y los vieron subir
sus enemigos.
En aquella
hora se produjo un gran terremoto,
y vino al suelo la
décima parte de la ciudad,
Y perecieron en el
terremoto
Hasta siete mil
seres humanos,
Y los restantes
quedaron llenos de espanto
Y dieron gloria a
Dios y al cielo.
El segundo ¡ay! Ha
pasado;
He aquí que llega el tercer ¡ay!”
El año 2002 ha estado marcado por la clave
10, y es que diez son los ciclos que empiezan y los ciclos que terminan. Diez
fueron las Plagas de Egipto, un ciclo de esclavitud en la ignorancia que terminaba; y Diez fueron los mandamientos de la Ley de Dios que
recibió Moisés en lo alto del Hohré, un ciclo de liberación en el conocimiento
que se iniciaba. El Diez es también la “retribución”, que significa uno recibe
o cosecha lo que ha sembrado en su paso por la vida. Podemos fijarnos en éste
momento en la evolución de los acontecimientos mundiales.
En
el año 2003 la clave es el 9, que es el “Eremita”, que significa el
aislamiento, la introspección y la gestación de una nueva vida, en éste caso:
espiritual.
En
éste momento (2003) faltan 9 años para el gran “Parto Planetario”, que
significa el nacimiento de una Nueva Humanidad con una conciencia de cuarta
dimensión, capaz de moverse por el tiempo, consciente de su misión de
cristificarse (hacer lo que se espera de ella) aprendiendo a amar a través del
perdón . Estos nueve años van a venir acompañados de la liberación de gran
cantidad de información por parte de los gobiernos y de las religiones, que no
podrán seguir ocultándola. También abundarán los hallazgos arqueológicos,
antropológicos, físicos y químicos que romperán todos los esquemas, haciendo
que se produzca una verdadera “Catastro-Fe” (Catastro de Fe o prueba de Fe). La
gente no sabrá en qué creer ni que pensar. Surgirán también profetas de la paz en algunas de las
religiones más violentas, fanáticas y
sectarias, que inclinarán la balanza hacia la paz. Surgirán nuevos virus
capaces de diezmar a la población mundial, por lo cual se tendrá que excluir la
carne de la dieta alimenticia e incrementar el uso de los cereales. El planeta
seguirá estremeciéndose con catástrofes naturales de todo tipo cada vez más
violentas, como parte del proceso de adaptación a su nuevo estado. Se
descubrirá también la existencia de un gobierno secreto mundial tenebroso, y
será de conocimiento público.
Durante
éste tiempo el gobierno interno negativo planetario tiene como misión impedir
la reconexión a como de lugar, para lo cual se incrementarán las amenazas de
una guerra total y se fabricarán artificiosamente actos terroristas demenciales
con armas nucleares. Entre sus planes está
también liberar virus de laboratorio capaces de acabar con las dos
terceras partes de la humanidad. Pero todo esto puede ser neutralizado,
enlazando para ello las mentes y los corazones de muchos para crear un estado
mental colectivo positivo que lo pueda revertir.
Al
final de estos nueve años, si es que logramos sellar la reconexión, para la
humanidad será como si siempre hubiésemos existido, como si nada hubiese
cambiado exteriormente pero sí, interiormente.
Para
quienes el cambio será más violento será para las civilizaciones
extraterrestres ya que ingresaremos en su tiempo modificándolos a ellos, como
un antivirus que genera reacciones impredecibles, pero buenas a la larga.
Al
final del ciclo se iniciará para la humanidad el verdadero “Milenio de Paz”, en
donde la humanidad habrá recordado su trayectoria, y hasta el Plan Cósmico; y
con su despertar de conciencia se habrá impuesto a las fuerzas de la oscuridad
que ya no tendrán más poder sobre ella.
Y en
todo esto la mujer tiene un papel más que protagónico, ella es “La Guardiana del Laberinto” por lo que debe saber integrar lo lunar y
lo solar, intuir, actuar y amar, y enseñarle
al hombre a saber complementarse para realizarse.
Y así
será.
***
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