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miércoles, 2 de mayo de 2012

PLANETA HERCOLUBUS


¿Está la Tierra en Peligro?


El planeta Hercólubus penetró la órbita terrestre por última vez hace 13 mil años y habría causado el fin de la Atlántida. Ahora, estaría de nuevo acercándose a la Tierra con una misión tan definitiva como noble: purificar su aura de las malas energías. La única esperanza de evitarlo radica en el cambio de la humanidad hacia la luz. ¿Seremos capaces de detener la catástrofe?
Aunque los espacios entre estos cuerpos y la Tierra son tan grandes que la frecuencia de los impactos no va más allá de una entre 909,000 de posibilidades, los astrónomos están atentos. Mediante programas como NEO's (por sus siglas en inglés: Near Earth-Objects, u Objetos Cercanos a la Tierra), se dedican a observar, rastrear y buscar asteroides que pudieran representar una amenaza para nuestro planeta observando diversas regiones del cielo. Cada vez que descubren uno, efectúan nuevas mediciones que permitan determinar su órbita preliminar, la cual se va ajustando con el transcurrir del tiempo y la acumulación de un mayor número de observaciones.
A diferencia del programa SETI (Programa de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), que obliga a informar en el caso de encontrar señales de vida en el espacio, en programas NEO no existe regulación para dar a conocer un verdadero riesgo de choque de cometas o asteroides con nuestro planeta. Aunque la situación actual de 2003-QQ47 sólo permite indicar posibilidades de choque en base a una órbita muy preliminar, el peligro persiste.
Esta información impacta, pero es nada al lado de una amenaza mucho mayor. Una que no aparece en los periódicos. Una de la que pocos hablan. Una que se susurra en círculos muy cerrados, pero que a todas luces aparece como real. Se trata del aproximamiento del planeta Hercólubus, que muy bien podría ser el anunciado Apocalipsis para la humanidad. Ese momento fatal retratado en la Biblia en que todo rastro de vida será borrado de la faz de la Tierra. El tema no es nuevo, pero cobra vigencia porque el plazo estaría a punto de cumplirse.
Según muchas profecías antiguas, este misterioso cuerpo celeste, también llamado Planeta Rojo, se vendría acercando peligrosamente a la Tierra con una inminente amenaza de exterminio de la vida humana. No debido a una colisión, sino a la acción de su gigantesco campo gravitatorio cuando pase cerca de la órbita terrestre. Al ponerse a la misma distancia a la que está el Sol de la Tierra y pasar por un ángulo de nuestro Sistema Solar, provocaría múltiples terremotos, maremotos, erupciones volcánicas y otras catástrofes cada vez más intensas, como mortíferas epidemias que nadie sabrá como curar, un calor intenso que secará los campos y la vida y provocará un hambre arrolladora, y una creciente oscuridad. Esto, a su vez, producirá desequilibrios mentales masivos y el desborde incontrolable de las masas humanas. El cataclismo final se produciría cuando el planeta alcance su mayor acercamiento a la Tierra, con el vuelco de los ejes de rotación del planeta; el Ecuador se convertirá en Polos y los Polos en Ecuador. Los océanos, expulsados violentamente de sus lechos por estas fuerzas cósmicas, sumergirían al planeta entero.

¿Qué hay de cierto y cuánto de mito en este vaticinio?

La información sobre el Hercólubus es escasa y dispersa, incluso contradictoria, y como muchos asuntos de esta índole ha sido desvirtuado hasta la saciedad con pronósticos falsos. Pero aunque nadie tiene la verdad absoluta, hasta las investigaciones más "científicas" y "serias" apuntan a que realmente existe. Se trataría del mismo planeta que, según el astrónomo Joseph Lando, causó el trágico fin de la Atlántida al completar su órbita anterior hace 13.000 años, cuando penetró por última vez nuestro Sistema Solar y desvió el eje terrestre. Perteneciente a la constelación de Orión, Hercólubus sería varias veces más grande que Júpiter -el cuerpo celeste de mayor tamaño de nuestro sistema solar-y presentaría órbita y cola de cometa, y masa de planeta. Se dice que forma parte del sistema solar de dos estrellas, una brillante y otra oscura, y que viaja en una órbita extremadamente elíptica y perpendicular a la Tierra alrededor de nuestro Sol y de otro sol muerto o negro. Oscuro y frío, se encontraría aún en un primitivo estado de evolución
La distancia máxima de Hercólubus al Sol es de 400 o 500 unidades astronómicas (1 u.a.= distancia de la Tierra al Sol), y su distancia mínima es de unas 4 o 5 u.a. (entre el Cinturón de Asteroides y Júpiter). Le lleva 6.600 años terrestres recorrer una órbita elíptica en torno de nuestro Sol haciendo un lazo sobre los planetas exteriores, y por encontrarse la mayor parte del tiempo demasiado lejos del Sol es difícil detectarlo. A esto se une el que el planeta esté aparentemente compuesto por un material que absorbe la luz y dotado de una especie de capa infrarroja artificial que le ayuda a preservar el calor y lo mantiene fuera del espectro visible. A diferencia de un agujero negro, Hercólubus no succiona la luz, sino que apenas la refleja, pero por su enorme tamaño y su progresivo acercamiento a la Tierra pronto será visible a simple vista, y el efecto que se espera sería igual de catastrófico que el que experimentó la Atlántida hace milenios.

La desaparición.

Luego del desastre, Hercólubus sería la nueva morada a la que serán trasladados aquellos seres humanos que no hayan alcanzado los niveles energéticos vibratorios necesarios para ingresar a la cuarta dimensión a la que pronto pasará la Tierra, y donde iniciarían un nuevo plan evolutivo.

¿Qué Sabemos del Planeta Rojo?

La historia del Hercólubus se remonta a mucho antes de los Mayas. En el legado de las más antiguas y diversas tradiciones y culturas se menciona constantemente un astro que visitaría la Tierra periódicamente, cada cierta cantidad de milenios, y que ha sido bautizado como Planeta X, Ajenjo, Marduk según los babilonios y Nibiru según los sumerios, que hablaban de un planeta cuya órbita se extendía por otros sistemas solares y que pasaría cada 6.666 años por la Tierra, y que era habitado por la civilización de los Anunnaki o Nefilin, que utilizaban la órbita singular del planeta como un observatorio en movimiento.
Más recientemente se lo ha denominado Hercólubus o Hercóbulus. Pero en lo que sí existe consenso es en que la aparición de este cuerpo coincide milenariamente como el fin de las civilizaciones. Vendría a ser una especie de filtro o catalizador que cada cierto tiempo purifica y limpia la Tierra de las impurezas con que los seres humanos la contaminan, dando paso a nuevas eras. Cada pasada del Hercólubus sería un nuevo Apocalipsis para la Tierra. Pero para cada civilización sería el único.
Pese a lo falseado de muchas informaciones y del manto de silencio y censura que oficialmente se intenta desplegar en torno al tema para evitar el pánico, se afirma que los astrónomos detectaron al planeta hace más de 20 años, y que la preocupación en los medios de inteligencias de Estados Unidos es enorme, ya que Hercólubus estaría llegando a Plutón. La principal base en la que se afirman las hipótesis para creer que hay un "algo" extraño dando vueltas es la curvatura de la luz alrededor de la masa planetaria, debido al gran poder gravitacional que ésta tiene. En 1980, el periódico O Globo de Brasil informó que las sondas Pioneer 10 y 15 buscaban un supuesto planeta X que con su fuerza gravitatoria alteró las órbitas de Neptuno y Urano. Según el astrónomo Joseph Lando, los cometas comunes como el  Hale-Bopp alcanzan su velocidad máxima al circundar el Sol (unos 30km/sec) y su velocidad mínima en el punto más lejano del sol (unos 2 km/sec) a unos 36,000,000,000 km de distancia. El Hercólubus, en cambio, no se comporta de esta forma porque está orbitando dos estrellas, y su velocidad máxima la alcanza justamente en medio de ambas.
Otro astrónomo, Carlos Muñoz Ferrada, ha aportado más datos sobre el Planeta Rojo en programas de televisión y diversos medios:
92 km/seg=Velocidad de Hercolubus al rotar en torno al sol negro.
76 km/seg=Velocidad de Hercolubus cuando le da la vuelta al sol del sistema solar.
300 km/sec=Velocidad de Hercolubus a media distancia de los dos soles.
14000000 km=Punto más cercano a la Tierra en la trayectoria de Hercolubus (14 millones de kilómetros).
32000000000 kilómetros=distancia del sol negro desde la Tierra (32 billones de kilómetros)
0.003382378 AL=distancia en años luz desde la Tierra hasta el sol negro.
385000 km=distancia de la Luna a la Tierra.
300000 km/sec=velocidad de la luz.
9460800000000 kilómetros=distancia que viaja la luz en un año.
Si el planeta-cometa pasa a 14 millones de kilómetros entonces esto equivale a 36.36 la distancia de la Luna a la Tierra. Al parecer, insuficiente para evitar el cataclismo.

Los Efectos ya son Tangibles.

Uno de los primeros y más patentes efectos de Hercólubus en el planeta será sobre la corteza terrestre. Se sabe que ya existe un agrietamiento de la misma, que se extiende por toda la superficie de la Tierra aunque es más intensa en el océano Pacífico, provocado por diversas causas naturales, con una longitud de unos 90.000 Km., una anchura media de 40 Km. y una profundidad promedio de 2,5 Km. En algunos lugares la rotura de la corteza ha llegado ya hasta el punto de poner en contacto directo el magma ígneo del interior de la Tierra con el agua del mar. Las enormes cantidades de vapor de agua producidas estarían presionando a las capas geológicas superficiales, provocando su progresiva desestabilización y un aumento de los terremotos y de la actividad volcánica. Muchos sostienen que la oleada de terremotos del 1999 fue una muestra de esto.
Se piensa que Hercólubus también alterará el clima terrestre, favoreciendo por ejemplo la aparición del fenómeno de "El Niño" en el océano Pacífico, caracterizado por un calentamiento periódico de las aguas que afecta el clima del planeta, produciendo sequía e inundaciones, hambre y plagas, incendios, epidemias y huracanes a escala mundial. La verdadera causa del calentamiento de las aguas sería el contacto de las rocas fundidas del interior de la Tierra con el océano a través del agrietamiento terrestre. El progresivo acercamiento de este gigantesco planeta aumentará este contacto entre el fuego y el agua y, en consecuencia, el desequilibrio térmico del clima mundial.
Desde 1980 se han producido cuatro de las apariciones más fuertes y destructivas de "El Niño". Entre 1982 y 1983 causó la muerte de unas 2.000 personas por desastres naturales y daños materiales de 13.000 millones de dólares. En 1997 originó la muerte de 2.100 personas y daños por unos 33.000 millones de dólares, y en el desierto costero de Sechura, en Perú, las lluvias crearon el segundo lago más grande del país con 150 Km. de largo, 30 Km. de ancho y 3 metros de profundidad. En América del Sur las aguas costeras de algunas zonas alcanzaron casi 30 ºC, mientras en Australia llegaron a los 31 ºC y se capturaron atunes en el golfo de Alaska. El mismo año, el huracán Linda con vientos de 300 Km./h fue uno de los mayores que se han registrado en el Pacífico oriental.
Y lo que viene sería peor, porque conforme el planeta se acerque a la Tierra, su gigantesca fuerza de atracción gravitatoria atraerá al magma fundido hacia la superficie terrestre aumentando el número e intensidad de terremotos, maremotos y erupciones volcánicas, que alcanzarán magnitudes nunca antes vistas. Cuando ocurra el mayor acercamiento a la Tierra se produciría el cataclismo final, con el vuelco de los ejes de rotación terrestres.

El Libro Apocalíptico.

V.M. Rabolú, autor del libro Hercobulus o El Planeta Rojo, es posiblemente quién más detalles ha recabado sobre el tema. En su mundialmente famoso libro, considerada la Biblia del tema para muchos, se describen los sucesos catastróficos que nos irán sucediendo, y asegura que muchos de ellos ya se están haciendo sentir. También afirma que el planeta no vaga errante por el cosmos, sino que gira alrededor del centro gravitacional del sistema solar Tilo, compuesto por la estrella Tylar, alrededor de la cual rotan también los planetas Phema, Epsilón, Hegama, Tylon y Lylio.
Lejos de tomarlos como un oráculo, reproducimos algunos pasajes del libro debido a que se trata del texto más documentado que existe sobre el tema: "Quiero referirme a Hercólubus, el monstruo gigantesco que ha de tragarse a nuestro planeta tierra....Este mensaje se lo dedico a la humanidad, como último recurso, porque no hay nada más que hacer...Lo que afirmo en este libro es una profecía a muy corto plazo, porque me consta el final del Planeta, lo conozco. No estoy asustando sino previniendo, porque tengo angustia por esta pobre humanidad, ya que los hechos no se hacen esperar y no hay tiempo que perder en cosas ilusorias...Hay grandes agrietamientos a lo largo del mar, profundísimos, que ya están haciendo contacto con el fuego de la Tierra....y están los ciclones haciéndose ver, que los señores gringos llaman "El Fenómeno del Niño"; no es "El Niño", es el contacto del fuego de la Tierra con el agua, que se está extendiendo por el océano. De acuerdo con el agrietamiento surgirán maremotos, terremotos, cosas espantosas con el agua y en la tierra y no quedará ciudad costera sin ser arrasada...El fuego liquido del interior de la tierra originara nuevos volcanes, y en general, el elemento ígneo hará que arda todo lo que es y todo lo que ha sido. Por eso dijo Pedro: "los elementos, ardiendo, serán desechos, y la tierra y todas las obras que en ellas hay, serán quemadas".

Los Rusos lo Saben.

La existencia y amenaza del Hercólubus está más reconocida oficialmente en los gobiernos y cúpulas oficialistas de muchos países de lo que pudiera pensarse, aunque obviamente es una información ultrasecreta sobre la que pende la más férrea de las censuras. Aún así, en el Volumen 10, Número 4 (Junio-Julio 2003) de la revista australiana Nexus (www.nexusmagazine.com), se publicó el texto de una entrevista televisiva realizada a Valery Uvarov, cabeza del Departamento de Investigación OVNI, Ciencia y Tecnología de la Academia de Seguridad Nacional de Rusia, por Graham W. Birdsall, Editor de la Revista UFO del Reino Unido durante el 12do Congreso Internacional OVNI, celebrado del 2 al 8 de Febrero del 2003 en Laughlin, estado de Nevada, en Estados Unidos.
En la ocasión, Valery Uvarov explicó, entre otras materias, que la existencia del llamado Planeta X (Hercólubus) está íntimamente relacionada con una Instalación material levantada hace mucho tiempo en Siberia, varios cientos de kilómetros al norte de Tunguska, donde tuvo lugar la famosa explosión de Tunguska en 1908, causada por un meteoro que fue destruido por un misil generado en dicha Instalación. Según la experta, los textos de Echutin Apposs Alanhor, de 4.000 años de antigüedad, ya describían la Instalación y lo que allí opera como un sistema de poder. Los rusos localizaron esta fuente de energía durante el conflicto en Yugoslavia, cuando se apreció un aumento en la emisión de la misma, por lo que parece claro que la Instalación reacciona frente a los disturbios y conflictos sociales. Ella misma estaría manteniendo a Hercólubus en una órbita estable, y los astrónomos sostienen que no hay nada que temer.
Valery Uvarov textualmente dijo: "En la Academia estamos seguros de que ese planeta está habitado, y de que la Instalación está diseñada para protegerlos a ellos y a nosotros. Nada peligroso ocurrirá. Todo está bajo control. Nuestras investigaciones han demostrado que la Tierra tiene un pulso, una frecuencia finamente entonada que afecta a cada criatura viviente. Unos 12.500 años atrás, este pulso correspondía a 360 días del año según el viejo calendario egipcio, pero entonces un asteroide impactó la Tierra y su órbita fue alterada artificialmente para compensar esto, por lo que el planeta se movió alejándose del sol, a una frecuencia-pulso de 365. Esto nos ha llevado a creer que tenemos amigos que cuidan de nosotros silenciosamente. Ellos no permitieron en ese entonces, y no permitirán ahora, a ningún planeta, cometa o asteroide, impactar y destruir la Tierra. Esto está absolutamente claro".
Los niveles de radiación han sido constantemente monitoreados por los últimos seis años, y llama la atención que en el último tiempo los animales hayan dejado los bosques de la región, ya que dos meses antes de la explosión de Tungunska sucedió lo mismo. "Fue como si la Instalación se fortaleciera para lidiar con el asteroide, y aumentaron los niveles de radiación. Lo mismo está pasando ahora" sostuvo Valery Uvarov.

El Planeta Purificador.

Pero el grueso de las predicciones apunta a que Hercólubus será el principio del fin para la Tierra. Por su descomunal tamaño, la órbita del planeta sería imposible de detener o desviar. La única esperanza de evitar el cataclismo radica en nosotros mismos, los seres humanos, y en nuestra posibilidad, mientras nos quede vida, de abrir los ojos y generar el cambio de amor y de luz que se precisa para detener este castigo por la maldad y la mala forma en que hemos conducido la vida en la Tierra. Eso lo saben las demás civilizaciones de nuestro sistema solar, que intentan prestarnos ayuda para hacernos despertar.
Si esto no ocurre, tal como vaticinan los mayas, serán precisamente las catástrofes que causará Hercólubus las que abrirán la puerta a las fuerzas de la luz que necesitamos y que de otro modo somos incapaces de ver. Cambiaremos cuando nos obliguen a hacerlo. Así, el planeta, con su carga de desastres, es lo único que nos queda para purificar la Tierra y limpiarla del mal y la suciedad con que los humanos la hemos contaminado. Sus efectos harán que abunde el compañerismo, que se valoraran los lazos de amor y amistad entre las personas y que el dinero pierda su poder. En este gran y definitivo despertar de la humanidad las fuerzas de la oscuridad se pasarán al bando de la Luz y producto de las catástrofes planetarias se promoverá la armonía entre las naciones. Los Mayas profetizan el fin de muchas fronteras y el inicio de la unidad entre la humanidad, donde los pueblos se ayudan entre si y los Hermanos Mayores cohabitan con ella en comunidades armónicas. En el proceso de separación del trigo de la maleza en nuestro planeta, las fuerzas involucionistas pierden la batalla definitivamente y los que no desean trabajar en la Luz desencarnarán o serán transportadas a Hercólubus, que vibra en una frecuencia tan baja que succionará a todos los espíritus acordes con esa sintonía. En la Tierra se instalará un paraíso, donde solamente permanecerán aquellos que toleren la frecuencia de luz del Sol y la vibración de la Tierra a 13 ciclos por segundo.
Entonces, ¿de quién depende desviar a Hercólubus de su viaje a la Tierra? ¿O de quién depende la salvación en caso de que el cataclismo sea inminente? La Tierra está en manos de la humanidad, con la ayuda que se nos presta constantemente de los planos más elevados. Y la tarea no puede esperar.


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