EL PRINCIPIO DE CAUSA y EFECTO La sexta Ley o Principio UniversalEL PRINCIPIO DE CAUSA y EFECTO La sexta Ley o Principio Universal

Por: Francisco Sosa Mandujano

Hemos escuchado decir que nada ocurre por casualidad, tal vez sin comprender su verdadero significado, hasta que nos dijeron que existe un principio universal, en que todo tiene su origen, su inicio, su causa. El hecho mismo de que tú amigo lector, estés leyendo éste artículo se debe a una causa, o a una sucesión de causas, los efectos de esas causas son posteriores. El efecto es el resultado, la consecuencia, el producto, el fruto que se deriva de una causa. El efecto es futuro, producto del presente que en un momento será pasado. La causa es la siembra y el efecto es la cosecha.

Nos quejamos que Dios es injusto, cuando el real injusto somos nosotros con Él. No aceptamos que nosotros somos los únicos causantes de todos los males que nos suceden y de todas las desgracias que nos pasan. Si logramos comprender este principio, podemos cambiar muchas cosas que nos hacen daño y tendremos dominio de nuestra vida.

“Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par” El Kibalión

La información recibida de los Guías extraterrestres de Rahma Misión dice:

El Principio de Causa y Efecto

“Toda causa tiene su efecto. Todo efecto tiene una causa; todo obedece a leyes universales”.

Nada ocurre porque sí, todo es producto de una razón o motivo, y, además, todo apunta en una dirección.

Dicen las Sagradas Escrituras: “Has con otros como quisieras que hicieran contigo, no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”. He aquí la regla de oro en el comportamiento de nuestra vida para construir una atmósfera alrededor nuestro de paz y armonía.

Los seres humanos somos el resultado de nuestras existencias pasadas, nadie está improvisado en el camino. Todo en nuestra vida es consecuencia de las necesidades de nuestro actual aprendizaje y de las decisiones, pensamientos y actos con los que sembramos nuestro camino a lo largo de nuestras existencias, incluyendo la presente.

La cosecha de nuestra vida es el producto de la siembra de nuestras acciones.

Esta ley universal es la base del concepto de la reencarnación, de la existencia de las vidas sucesivas como proceso de aprendizaje y crecimiento.

En ésta sexta ley se ha de trabajar el servicio con discernimiento, bondad y con decisión.

Este principio lo ubicamos a la altura de los órganos sexuales.

“Toda causa tienes su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad; pero nada escapa a la Ley” El Kibalión.

Los pensamientos que generamos (causas) son energía que salen de nuestra cabeza como vibraciones, como ondas y regresan hacia nosotros en el futuro trayéndonos lo que hemos escogido, es decir el sentir, el pensar, el obrar y el actuar positivamente nos beneficia grandemente en el futuro que viene a ser el efecto, de lo que hemos generado por la mente.
Hacer un bien a alguien, o hablar bien de una persona, son vibraciones de colores que salen de nosotros, sí, claro, los pensamientos tienen colores, esos bellos colores atraen otras vibraciones de ese mismo color que te regresan aumentados en intensidad en el bien que hiciste o en el bien que hablaste. Eso no es casualidad, es un principio inmutable y exacto como los demás principios del que estamos tratando en nuestros artículos domingo a domingo. Es trabajar el servicio.

Si sembramos Amor recogeremos Amor intensificado en energía positiva, si sembramos maldad, esa vibración recogerá en su camino más maldad que volverá a nosotros aumentando su fuerza en algo desagradable como; enfermedades, accidentes, etc. Si criticamos seremos criticados, si dañamos a alguien seremos dañados o un ser cercano a nosotros sufrirá el daño, repetimos aquí: La causa es la siembra y el efecto es la cosecha, mejor dicho, todo lo que sembramos, eso cosecharemos, pero aumentado.

“La cosecha de nuestra vida es el producto de la siembra de nuestras acciones” “La evolución es personal e intransferible, aunque paradójicamente ésta solo se puede realizar en permanente interacción con los demás” Así señalan nuestros Hermanos Mayores.

En ésta sexta ley se ha de trabajar el servicio con discernimiento, bondad y con decisión.

La gran tarea, trabajo o practica que nos toca desarrollar en este principio es el servicio con discernimiento, que es saber distinguir por medio del intelecto una cosa de otra o varias cosas, indicando, detallando y apuntando la diferencia que hay entre ellas, es decir el discernimiento es la habilidad para poder decidir y distinguir entre la verdad y el error, entre lo bueno y lo malo. Es la habilidad de pensar bien y luego servir.

Según el diccionario; la bondad es calidad de bueno, disposición natural o inclinación a hacer el bien o a obrar correctamente. Disposición de servir.

Según la Biblia “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” Efesios 4:32. “Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe” Gálatas 6:10. Disposición de servir.

Como hemos insistido en nuestros artículos es la ¡actitud! de quien se muestra dulce y pacífico en el trato con sus semejantes y con todas las cosas.

La decisión, es la iniciativa, el acuerdo, la determinación y la firmeza, adoptada en una situación, sobre todo en nuestra actitud. Es el valor o energía para realizar lo que hemos determinado. Disposición de servir.

Dentro de la Misión hemos aprendido que nosotros, los seres humanos, podemos causar para que generen buenos efectos, esto es poniéndonos de forma libre y conscientemente bajo las Leyes o Principios Universales. En nosotros está la capacidad de programar y crear situaciones futuras, que serán causadas en base a nuestras actuales decisiones y el resultado será mejor cuando nos identifiquemos con el Plan Divino o Plan Cósmico. Todo es consecuencia de las necesidades de nuestro actual aprendizaje y de las decisiones, pensamientos y actos con los que sembramos la vida, así como también por los procesos pendientes de existencias pasadas. Nuestra vida actual nos ofrece una nueva aventura, pero con mayor experiencia, experiencia alcanzada en otras vidas. Mucha Luz.