Maestro Joaquín (Isla del Sol, 13 dic 2012)
El día 20 a la noche, cuando junto a Patries y una pareja amiga que el destino hizo coincidir, llegábamos al pueblo de Pagancillo (aledaño al Parque Nacional Talampaya), pudimos observar por largo tiempo el desplazamiento de dos naves surcando los cielos. Mas tarde, ya en el pueblo, fuimos testigos de un alboroto general al aparecer la imagen luminosa de una mujer vestida de blanco en el campanario de la pequeña iglesia (para la gente se trataba de de la virgen pero para quien escribe estas líneas podría tratarse en cambio de la dama de luz anunciado la última campanada antes del nuevo tiempo), pero al margen de este detalle, lo cierto es que comenzó a llegar cada vez más gente, incluso desde otros pueblos. Todos querían ver y fotografiar a la virgen. Finalmente una pequeña multitud para un pueblo de 1.000 habitantes se concentró frente a la iglesia en silencio. La gente se encontraba asombrada por el fenómeno, pero se respiraba un ambiente de felicidad y de paz. También un grupo de mujeres rezó el santo rosario hasta bien entrada la madrugada.
Llegó la noche del 21 de diciembre y estando en el desierto de Talampaya pude ver durante largos segundos cómo se producían unas extrañas distorsiones en el cielo estrellado. Observé como la bóveda celeste de pronto se arrugaba y se desarrugaba en grandes extensiones. Fue un hecho inédito que coincide con algunos fenómenos que los hermanos del Uruguay también percibieron en una salida que realizaron en una playa frente al mar. Quizás ambas hayan sido manifestaciones del momento en el cual se produjo el salto de la Tierra al otro tiempo.
Finalmente llegamos a la fecha señalada por los mayas, así como por los guías y maestros, y por la acción de muchas personas en el mundo que poniendo el corazón se mantuvieron en una actitud positiva, se produjo la reconexión de los tiempos por lo cual ya estamos viviendo esa otra realidad. Lejos de lo que algunos catastrofistas anunciaban, la Tierra no se destruyó, ni hubo nada trágico ni espectacular, porque el cambio en realidad ha sido de paradigmas. Siento que desde el 21 de diciembre y con la reconexión de los tiempos alternativo y real, se ha producido una importante variación en las leyes de acción y reacción.
Me explico, antes de esta fecha el planeta se regía por, podríamos llamar, un conjunto de ideas y sentimientos que inducían rápidamente a su concreción, a lo que se deseaba, hablo de sentimientos facilitadores que regían el plano material de las cosas. Allí actuaba muy bien el egoísmo, el afán desmedido de la riqueza, el poder, la fama. El odio se expandía como amo y señor, al igual que el resentimiento, el miedo, la tristeza y la envidia. Todos estos “elementos” construyeron y mantuvieron hasta ahora el sistema económico y político del mundo.
Pero desde el 21 de diciembre, siento que esto ha cambiado. Hoy los “materiales” para construir los nuevos sistemas son otros. Ahora lo que rápidamente se expandirá con fuerza es el amor, la paz, la alegría, el perdón, la solidaridad, la belleza. Invariablemente todo sistema se regirá de ahora en más por estos valores. Entonces el tema hoy es crear conciencia en uno y los demás de que este cambio de paradigmas ya está en vigencia. Esa es la tarea, a mi entender, en la que más debemos poner nuestra atención ahora. Esto es ser activadores del cambio que ya es.
Otro tema es el de los guías, nuestros hermanos mayores. Pues bien, ellos desde hace tiempo nos han venido diciendo en comunicaciones que estaban siendo expuestos a tremendos cambios y que les estaba afectando fuertemente nuestros sentimientos y emociones:
Sí, es el tiempo en que serán los guías para conducir a vuestros hermanos mayores.
Es que es tanto lo que ya nos han hecho sentir que ello nos ha cambiado la perspectiva de todo, incluso hasta de nuestra propia existencia.
Por eso, así como han sabido atravesar puertas desconocidas, ahora tendrán que guiarse y guiar. Por ello no descuiden vuestra preparación como también el desarrollo de todas vuestras percepciones.
El futuro del planeta está más que nunca en nuestras manos, tenemos la oportunidad de crear nuevas realidades, más justas, basadas en la solidaridad, la equidad, el respeto y utilizando como motor de todo el amor. Pero sólo de nosotros, la humanidad terrestre, depende lo que hagamos con esta oportunidad porque la responsabilidad es nuestra como nuestro es el camino que elijamos recorrer.
Por años, la búsqueda se ha centrado en llegar a lugares lejanos e inhóspitos para acceder al conocimiento, esa era la tarea encomendada y se ha hecho. Sin embargo hoy es importante tener presente que lo que seguimos buscando afanosamente afuera es probable que lo hallemos dentro de nosotros mismos y descubrir todas nuestras potencialidades interiores nos permitirá ser arquitectos de un nuevo mundo en donde brille la luz. Seamos hacedores de ese mañana que ya es, concretemos con nuestro verbo lo que siempre hemos anhelado, porque hoy es el tiempo.
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