La mayoría de las religiones orientales creen en la reencarnación, incluyendo el hinduismo, el jainismo, el sintoísmo y, con matices, el budismo. Los hinduistas creen que el alma es inmortal y se encarna sucesivamente en distintos cuerpos, que no serían otra cosa que “contenedores” temporales de nuestra esencia más inmanente, el alma.
El judaísmo y el Islam no aceptan la metempsicosis, como tampoco lo hace el Antiguo Testamento. Aunque algunos autores han discutido la creencia de ciertos sabios judíos en la metempsícosis, no debe confundirse con la preexistencia de las almas humanas que parecen admitir doctores palestinos, considerando que Yahveh había creado todas las almas juntas de una vez; algunos rabinos admitirían que las almas esperan en el séptimo cielo la posibilidad de encarnarse (…) La metempsicosis no es compatible con la revelación del Antiguo Testamento ni con la del Nuevo Testamento.